Antonio, Jesús, Toñín y Miguel
Desnivel acumulado: 1000 m
Dificultad: Fajas aéreas
Distancia: 21,4 km
Hora - Altitud - Lugar
8:45 - 750 m - Rodellar
8:58 - 806 m - Cheto
9:45 - 1142 m - frente a la Ciudadela
10:53 - 1137 m - desvío Sta. Marina
11:09 - 1153 m - desvío Saltador de las Lañas
11:30 - 1000 m - Faja
11:38 - 951 m - Saltador de las Lañas
12:18 - 1019 m - Faja Raisín
12:54 - 1000 m - desvío Otín
12:56 - 1020 m - Otín
13:08 - 1069 m - Iglesia
13:43 - - Foto al lado de 2 quejigos
- 714 m - cauce del Mascún
15:04 - 750 m - Rodellar
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Una vez llegamos a Rodellar nos situamos junto al bar, el que hay en el pueblo, no el de las afueras y allí encontraremos paneles informativos, desde aquí iniciamos la ruta circular en dirección Virgen del Castillo/Cheto.
Ascendemos entre muretes de piedra hasta la pedanía de Cheto, y al salir no tomaremos la pista recién acondicionada sino que por la izquierda seguiremos dirección Virgen del Castillo.
Ascendemos entre muretes de piedra hasta la pedanía de Cheto, y al salir no tomaremos la pista recién acondicionada sino que por la izquierda seguiremos dirección Virgen del Castillo.
Cruzamos el barranco de Cheto y un poco más adelante dejamos el camino a la Virgen para seguir dirección N-E hasta cruzar el barranco del mismo nombre. El sendero vuelve de nuevo al N hasta rodear la Peña Picarda 1139 m, la parte más dura ya está subida. Llaneamos hasta el siguiente barranco, que recientemente ha arrastrado gran cantidad de gravilla. La senda sigue hacia el N con continuos sube y baja, hasta encontrarnos el desvío a Santa Marina, sobre el km 8, el cual dejamos a nuestra derecha. Más adelante llegamos al desvío del Saltador de las Lañas, el cual sí tomamos.
Vamos bajando contemplando las fajas al otro lado del barranco, esas que recorreremos a la vuelta.
Llegamos a una espectacular faja colgada sobre el vacío, pero con anchura suficiente para dar seguridad, y al salir de ella llegamos al precioso rincón del Saltador de las Lañas, que permanece helado a la sombra, con un caudal escaso.
Cruzamos el cauce, sin problemas, y echamos un tentempié al inicio de la senda, al sol, por supuesto, que este precioso rincón es helador.
Cruzamos el cauce, sin problemas, y echamos un tentempié al inicio de la senda, al sol, por supuesto, que este precioso rincón es helador.
Seguimos en suave ascenso por la senda d'as Zinglas que se va estrechando conforme ganamos altura. Rodeamos el Puyal de Letosa y llegamos al barranco de Raisén, donde yo creía que ya estaba Otín, pero no, desde aquí se puede ir por camino pero por fuera del espectaculo del Mascún.
Cruzamos dicho barranco y tomamos la senda d'as Peñas Altas por la que rodeamos el Puyal de Otín, por una faja horizontal y más ancha que la anterior, esta zona es soleada y muy calurosa. Disfrutaremos de impresionantes vistas sobre el barranco del Mascún.
Terminado el Puyal, por fin, y por la derecha, ahora sí encontramos salida al barranco y el camino que conduce hasta el despoblado de Otín en un ligero descenso. Subimos hasta la iglesia, y junto a su puerta nos disponemos a comer.
Luego salimos de Otín hacia el sur, pasando junto a dos quejigos de grandes dimensiones y por la izquierda tomamos la Costera d'e Otín volviendo a admirar de nuevo el Mascún, mientras recorremos una bonita faja horizontal.
Pasadas las famosas formaciones rocosas de La Ciudadela y la Cuca Bellosta, la senda desciende rápidamente en busca del cauce del barranco, que hoy está completamente seco, y no implica ningún problema el cruzarlo. Por la senda que cruza en varias ocasiones el cauce seco llegaremos a la Surgencia del Mascún, donde sí volvemos a encontrarnos con el agua. Ya solo nos queda subir por la senda empedrada hasta Rodellar.