domingo, 31 de julio de 2011

Llena del Bozo, Llena de la Garganta y Aspe

30 de Julio de 2011
Jesús y Miguel
Desnivel: A la Llena del Bozo 1100 m; A la Llena de la Garganta +270 m; Al Aspe +300 m; Total: 1700 m
Horario: A la Llena del Bozo 2h 25'; A la Llena de la Garganta +50'; Al Aspe +1h 10'; Bajar 1h 50'
Dificultad: Canal vertical y pedrera muy inclinada descendiendo de la Llena de la Garganta

Entre los valles del Aragón y de Aragües del Puerto, se encuentra el singular valle de Aisa, punto de inicio de la ruta de hoy. Pasado el pueblo, seguiremos al Norte hasta que se acaba la carretera, junto a una valla para el ganado.
Atravesamos la valla y seguimos la pista. Tras un duro repecho de cemento rayado, salimos a la Llana de Napazal. Al N-E ya podemos ver la Llena del Bozo, la Llena de la Garganta y un poco la punteta del Aspe. Cruzamos el río y por el cordal, seguimos la vía normal a este último, hasta el abrevadero, 45’. Aquí dejamos la senda más marcada que sube por el embudo, y continuamos por la ladera hacia el N-O, por senda menos clara.
Nos adelantan unos vascos pensando que vamos al Aspe. Luego al preguntarnos descubrieron que no, y les toco recular hasta el abrevadero.
Continuamos rodeando por la ladera para no perder altura hacia el Paso Napazal o Brecha Wallón.
La senda se desdibuja llegando a la empinada pedrera gris que parece bajar de la brecha. A la mitad de ésta, un par de montañeros que iban por delante, dejaron la pedrera para subir por la izquierda una canal. Nosotros sin embargo, sufrimos la pedrera hasta que nos echamos a la orilla, por donde piedras más grandes evitaban que deslizáramos hacia abajo. Al final de ésta no está la brecha, como suele
suceder, sino que está un poco más allá, por allí por donde se ve aquel sarrio.

Paso Napazal o Brecha Wallón

Allí, mientras hacíamos fotos, nos alcanzaron Roberto y su suegro Gregorio, que sólo subían a la Llena del Bozo, ya que por la tarde tenían una boda. Roberto era excompañero nuestro de curro.
Mientras en España disfrutábamos de un día despejado, al otro lado de la frontera seguían con su habitual mar de nubes.

Vista desde la Brecha Wallón

La senda asciende por la izquierda la ladera. Aquí pudimos ver los primeros edelweiss de ésta temporada.
Luego por calizas hacia la derecha y con alguna trepada fácil, llegamos hasta la cima, total 2h 25’.

Edelweis

Almorzamos junto a nuestros compañeros, que por cierto vienen muy bien preparados y charlamos un buen rato. Y después como la boira comenzaba a colarse por los collados, decidimos emprender el descenso.

El Bisaurín desde la Llena del Bozo, Miguel, Gregorio, Roberto y Jesús

Volvimos a la brecha Wallón, la boira iba y venía, y enfilamos la ladera hacia la Llena de la Garganta. De lejos parece imposible que por aquí se pueda subir, pero quitando un paso que sube por unos balcones estrechos y muy empinados, el resto es asequible.

Llena de la Garganta

Llegamos a la cima, seguía despejado pero la boira ya no nos dejó ver con claridad nuestra primera cima del día.
El descenso lo realizamos hacia el Sur, en busca de un resalte que por una empinada canal desciende hasta la inclinada pedrera que hay bajo las paredes de la cara Sur, recalco bastante empinada. Cruzamos la pedrera en diagonal, sin camino y con alguna que otra dificultad hasta llegar al karst. Aquí decidimos subir al Aspe, aunque seguro que Jesús lo llevaba en mente desde el principio.
Seguimos los mojones hasta la brecha de Aspe, y la senda por la ladera hasta un collado intermedio.
El final es más rocoso, pero recompensa con unas vistas magníficas. La niebla nos respetó todo el tiempo que estuvimos en las tres cimas.

Jesús y Miguel, en la cima del Aspe

Volvimos por la normal, atravesando el larguísimo karst y descendiendo por el embudo hasta el cordal y llanos de Napazal, 1h 50’.

Contraste de colores


Fotos de Miguel y Reseña en Pdf
Fotos de Jesús

viernes, 8 de julio de 2011

Badinas del Vero (Villacantal-Salto de Alquezar)

3 de Julio de 2011
Azu, Javier, María, Isabel y Miguel
Desnivel: 200 m
Horario: Collado San Lucas: 25'; Puente Villacantal: +25'; Salto de Alquezar: +45'; Alquezar: 25'
Dificultad: Fácil
Material: Bañador y calzado para caminar por el río

Llegamos al parking de Alquezar sobre la una del mediodía, o sea en plan dominguero y dispuestos a bañarnos, que hace muchísimo calor. Si habéis traído poco agua, como nosotros, podéis bajar por las escaleras hasta la zona de bares, y allí hay una fuente. Callejeamos hacia el centro del pueblo en busca de la plaza Mayor. Pasada ésta tomamos la primera calle a la izquierda, al final vemos el cartel indicador hacia Villacantal. La senda desciende suavemente por detrás de las casas hasta el lecho seco del barranco Puyuela. Luego un pequeño ascenso por senda muy erosionada, y llegamos al collado San Lucas, unos 25’ desde el parking. Buenas vistas sobre el río Vero y hacia atrás de Alquezar.
 
Alquezar desde el collado San Lucas

Este ha sido el único repecho para la ida, ahora ya solo queda descender por la ladera del cañón del Vero, con mucho calor, hasta llegar al puente medieval de Villacantal, otros 25’. Aquí la gente se protege del sol bajo los árboles que rodean al puente.
 
Puente de Villacantal

Remontamos unos metros, y encontramos unas rocas a la sombra, aquí comeremos. Pero antes nos vamos a explorar un poco aguas arriba, hasta una gran badina, ¡qué fría estaba el agua! en la que nos metimos y llegamos hasta la otra orilla. Aquí termina el descenso deportivo del barranco del Vero. Unas fotos para que quede constancia, y nos volvemos a la sombra a comer, que el sol calienta de lo lindo.
 
Badina donde termina el descenso deportivo del barranco del Vero

Los peques, y yo, como siempre intentamos poner puertas al río construyendo una presa.
Después de comer y de alimentar a los pececillos del río, continuamos aguas abajo, unas veces por la senda y otras por el cauce.
Tras la gran cueva excavada por el río, llegamos al barranco de la Fuente, por donde sube una senda hacia Alquezar entre exuberante vegetación, en unos 45’.
Nosotros proseguimos por el cauce, encontrándonos enseguida con las pasarelas. Una línea metálica colgada de las verticales paredes. El primer tramo se puede evitar, ya que te devuelve al río, y por debajo va bastante llano.
 
Pasarelas sobre el Vero

Poco después aparece el salto de Alquezar, una presa origina una bonita cascada y una gran poza de agua, donde los bañistas se amontonan. En la parte alta de la presa hay una canalización, actualmente inutilizada, para llevar el agua hasta un molino que hay un poco más abajo, también en desuso.
 
Salto de Alquezar

Tras 45’ por el lecho del río, la senda comienza a ascender entre abundante vegetación. Más adelante está la posibilidad de bajar otra vez al río y ver otro puente medieval, pero hoy continuamos hacia el pueblo, apareciendo cerca de la iglesia, 25’ desde el cauce.

Mapa de la ruta

Las fotos
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