Jesús y Miguel
Desnivel: A la Llena del Bozo 1100 m; A la Llena de la Garganta +270 m; Al Aspe +300 m; Total: 1700 m
Horario: A la Llena del Bozo 2h 25'; A la Llena de la Garganta +50'; Al Aspe +1h 10'; Bajar 1h 50'
Dificultad: Canal vertical y pedrera muy inclinada descendiendo de la Llena de la Garganta
Entre los valles del Aragón y de Aragües del Puerto, se encuentra el singular valle de Aisa, punto de inicio de la ruta de hoy. Pasado el pueblo, seguiremos al Norte hasta que se acaba la carretera, junto a una valla para el ganado.
Atravesamos la valla y seguimos la pista. Tras un duro repecho de cemento rayado, salimos a la Llana de Napazal. Al N-E ya podemos ver la Llena del Bozo, la Llena de la Garganta y un poco la punteta del Aspe. Cruzamos el río y por el cordal, seguimos la vía normal a este último, hasta el abrevadero, 45’. Aquí dejamos la senda más marcada que sube por el embudo, y continuamos por la ladera hacia el N-O, por senda menos clara.
Nos adelantan unos vascos pensando que vamos al Aspe. Luego al preguntarnos descubrieron que no, y les toco recular hasta el abrevadero.
Continuamos rodeando por la ladera para no perder altura hacia el Paso Napazal o Brecha Wallón.
La senda se desdibuja llegando a la empinada pedrera gris que parece bajar de la brecha. A la mitad de ésta, un par de montañeros que iban por delante, dejaron la pedrera para subir por la izquierda una canal. Nosotros sin embargo, sufrimos la pedrera hasta que nos echamos a la orilla, por donde piedras más grandes evitaban que deslizáramos hacia abajo. Al final de ésta no está la brecha, como suele
suceder, sino que está un poco más allá, por allí por donde se ve aquel sarrio.
Atravesamos la valla y seguimos la pista. Tras un duro repecho de cemento rayado, salimos a la Llana de Napazal. Al N-E ya podemos ver la Llena del Bozo, la Llena de la Garganta y un poco la punteta del Aspe. Cruzamos el río y por el cordal, seguimos la vía normal a este último, hasta el abrevadero, 45’. Aquí dejamos la senda más marcada que sube por el embudo, y continuamos por la ladera hacia el N-O, por senda menos clara.
Nos adelantan unos vascos pensando que vamos al Aspe. Luego al preguntarnos descubrieron que no, y les toco recular hasta el abrevadero.
Continuamos rodeando por la ladera para no perder altura hacia el Paso Napazal o Brecha Wallón.
La senda se desdibuja llegando a la empinada pedrera gris que parece bajar de la brecha. A la mitad de ésta, un par de montañeros que iban por delante, dejaron la pedrera para subir por la izquierda una canal. Nosotros sin embargo, sufrimos la pedrera hasta que nos echamos a la orilla, por donde piedras más grandes evitaban que deslizáramos hacia abajo. Al final de ésta no está la brecha, como suele
suceder, sino que está un poco más allá, por allí por donde se ve aquel sarrio.
Paso Napazal o Brecha Wallón |
Allí, mientras hacíamos fotos, nos alcanzaron Roberto y su suegro Gregorio, que sólo subían a la Llena del Bozo, ya que por la tarde tenían una boda. Roberto era excompañero nuestro de curro.
Mientras en España disfrutábamos de un día despejado, al otro lado de la frontera seguían con su habitual mar de nubes.
Mientras en España disfrutábamos de un día despejado, al otro lado de la frontera seguían con su habitual mar de nubes.
Vista desde la Brecha Wallón |
La senda asciende por la izquierda la ladera. Aquí pudimos ver los primeros edelweiss de ésta temporada.
Luego por calizas hacia la derecha y con alguna trepada fácil, llegamos hasta la cima, total 2h 25’.
Luego por calizas hacia la derecha y con alguna trepada fácil, llegamos hasta la cima, total 2h 25’.
Edelweis |
Almorzamos junto a nuestros compañeros, que por cierto vienen muy bien preparados y charlamos un buen rato. Y después como la boira comenzaba a colarse por los collados, decidimos emprender el descenso.
El Bisaurín desde la Llena del Bozo, Miguel, Gregorio, Roberto y Jesús |
Volvimos a la brecha Wallón, la boira iba y venía, y enfilamos la ladera hacia la Llena de la Garganta. De lejos parece imposible que por aquí se pueda subir, pero quitando un paso que sube por unos balcones estrechos y muy empinados, el resto es asequible.
Llena de la Garganta |
Llegamos a la cima, seguía despejado pero la boira ya no nos dejó ver con claridad nuestra primera cima del día.
El descenso lo realizamos hacia el Sur, en busca de un resalte que por una empinada canal desciende hasta la inclinada pedrera que hay bajo las paredes de la cara Sur, recalco bastante empinada. Cruzamos la pedrera en diagonal, sin camino y con alguna que otra dificultad hasta llegar al karst. Aquí decidimos subir al Aspe, aunque seguro que Jesús lo llevaba en mente desde el principio.
Seguimos los mojones hasta la brecha de Aspe, y la senda por la ladera hasta un collado intermedio.
El final es más rocoso, pero recompensa con unas vistas magníficas. La niebla nos respetó todo el tiempo que estuvimos en las tres cimas.
El descenso lo realizamos hacia el Sur, en busca de un resalte que por una empinada canal desciende hasta la inclinada pedrera que hay bajo las paredes de la cara Sur, recalco bastante empinada. Cruzamos la pedrera en diagonal, sin camino y con alguna que otra dificultad hasta llegar al karst. Aquí decidimos subir al Aspe, aunque seguro que Jesús lo llevaba en mente desde el principio.
Seguimos los mojones hasta la brecha de Aspe, y la senda por la ladera hasta un collado intermedio.
El final es más rocoso, pero recompensa con unas vistas magníficas. La niebla nos respetó todo el tiempo que estuvimos en las tres cimas.
Jesús y Miguel, en la cima del Aspe |
Volvimos por la normal, atravesando el larguísimo karst y descendiendo por el embudo hasta el cordal y llanos de Napazal, 1h 50’.
Contraste de colores |
Fotos de Miguel y Reseña en Pdf
Fotos de Jesús
1 comentario:
Vaya vuelta os disteis, y pensar que a nosotros nos valió con la Llena del Bozo.....
Un saludo de Gregorio y Roberto
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